Terminamos de jugar básquet y caminamos sudorosos, exhaustos y sin aliento hasta mi casa en busca de marihuana. El llevaba la casaca puesta a pesar del insoportable calor y de haber sudado mucho, yo en polo y respirando rápido sentía que ya no daba más, contaba los pasos para llegar a nuestro destino, mi casa, para fumarme un par de porros con mi camarada, mi hermano, David.
Llegamos a mi casa, donde a pesar de estar bajo un techo sentíamos
los rayos del insoportable sol de aquel Viernes. Nos lavamos, descansamos un rato hablando de nuestro mal estado físico (hacía mucho que no hacíamos
deporte), cogimos la bolsa de marihuana y salimos con la idea de ir, primero, a su
casa a dejar su balón de básquet y luego fumar tranquilos caminando por ahí. Lo
esperé en la esquina de su casa, entró y salió en pocos minutos, íbamos caminando,
el hablándome de mujeres, era un depravado arrecho que le gustaba hablar de
ciertas chicas que le gustaban, pero era mi brother, y yo desmoñando la marihuana con gran
dedicación para armar el respectivo porro.
A dos cuadras de su casa se me ocurre voltear a ver, a nada
en especial, y me sorprendí al ver a su mamá siguiéndonos, sigilosa:
-Anda a tu casa, creo que tu vieja está molesta huevón.
–Sí, mejor me voy, mi vieja piensa que vamos a fumar-
Respondió David sin hacerse problemas, fue al encuentro con su madre y pensé que todo había
acabado.
–Me fumaré esto yo solo, en mi casa, más tranquilo-dije
en mi cabeza.
Doblando la esquina para irme a casa me di cuenta que la tía me
seguía y supuse que no era para saludarme, al doblar la esquina corrí riéndome (no sé de qué) y después camine como si nada, la señora, que recién volteaba la
esquina me gritó y dándose cuenta que yo había corrido, empezó a trotar y
decirme que quería hablar conmigo. Me detuve y la esperé (grave error), estábamos
ya cerca al mercado, a dos cortas cuadras de mi casa, muchas personas caminaban
por la zona.
-Joven,con usted quiero hablar. No quiero que busque a David, él está mal, está
llevando un tratamiento y usted le hace daño dándole drogas- Dijo la tía mirándome
a los ojos, a través de sus lentes con lunas gruesas. Molesta, indignada,
protegiendo a su retoño de un maleante, de un malogrado que le facilitaba drogas.
Yo asombrado,
un poco asustado por la manera en que me había hablado, tratándome como si yo obligara
al manganzón de su hijo a meterse marihuana tratándome como una lacra que
malogra chicos inocentes:
-¿Qué? Señora porque habla así, yo no soy ningún fumón, yo
no le he dado nada a David.
-Si tú te malogras es tu problema, pero no arrastres a mi
hijo a tu vicio, por favor aléjate de David, ya no lo busques porque si no voy
a hablar con tus padres que creo que no te controlan.
Me quedé: Quééééé!!!
Putamadre, que quemada la tía para hacerme
esto en plena calle.
-Señora por favor,
no hable sin saber, yo no soy como usted dice y yo no lo busco a
David para nada de eso y si no quiere que hable con él, no se preocupe, ya no voy a andar con él. Respondí sin gritar, tranquilo, si llamábamos mucho la
atención algún conocido nos veía y ahí
sí, la cagada.
-Ponte serio que ya no eres un niño, ponte a estudiar, a hacer algo
productivo con tu tiempo en vez de estar en la calle vagando.
-Ya señora.
Salí de la bochornosa situación caminando tranquilo pero
avergonzado, por ratos mirando al suelo, preocupado de que no me vieran. El
camino a casa se hizo interminable a pesar de la corta distancia, entré y me
sentí un poco más cómodo, me senté dando un suspiro, termine de armar el porro
y lo prendí sin dudar.
Ya relajado, más tranquilo, recordando lo que me había dicho
la señora, me quedé pensando un largo rato: ¿Dónde estaba
David en ese momento? ¿A qué se refería la señora cuando dijo que David estaba
en tratamiento? ¿Era verdad o lo decía solo para hacer drama? Yo no soy
drogadicto y si lo fuera nunca
malograría a nadie.
A los cinco meses, sin saber de David, no se conectaba al facebook, mi buen amigo se apareció por mi casa y hablamos de lo que había pasado, me pidió disculpas y me contó
que tiene esquizofrenia, que andaba mal de la cabeza por lo que llevaba un tratamiento y que veía a un
psiquiatra. Le dije que debió habérmelo dicho, que estuvo mal que fumara
marihuana estando enfermo, que podía venir cuando quiera, que nunca le
obligaría a meterse algo que no quiere (o que en su caso, no puede), le dije
que ya pasó, que era mi pata, conversamos un rato más y se fue.
~Espero que estés bien de salud y que cumplas tus sueños. Te aprecio mucho mi hermano.
La vida nos dará un reencuentro ;)
No hay comentarios:
Publicar un comentario