Te amé de una manera demasiado extraña, bizarra, como si te odiara pero había algo que me mantenía atado a ti, como un amarre, de los que me comentaste aquella vez.
Intento recordar algún momento bueno y saludable en lo que fue nuestra caótica relación, alguna situación aunque sea tan liviana e insignificante que se la lleve el viento... tal vez pasó y se perdió en los recuerdos de mi cabeza... no la encuentro.
Fueron tantos bellos momentos que nunca vivimos juntos que sorprende y hace que me pregunte: ¿Por qué? ¿Por qué me acostumbre a ti y me hice tu esclavo, tu seguidor? ¿Por qué te veneraba como feligrés esperando un milagro? ¿Por qué te vendí mi alma a ti y no al diablo? Hubiera tenido mas provecho pactar con el diablo, hubiera ganado algo.
Sería inteligente olvidarte, pensar positivo y salir de este hoyo de mierda en el que me dejaste y al cual vienes de vez en cuando para asegurarte de que no haya intentado salir. Maldita.
Te agradezco porque gracias a ti conocí la traición, la maldad y la perfecta belleza de tus mentiras.
...ah, no olvides que te quiero ;-)
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